Las enfermedades neuromusculares se caracterizan por una pérdida de la fuerza muscular que se manifiesta de una forma progresiva e irreversible. La gran mayoría de ellas tienen un origen genético y, normalmente, provocan en quienes las sufren una discapacidad. Sin embargo, ¿esto quiere decir que todas las personas con enfermedades neuromusculares son dependientes?

La dependencia y las enfermedades neuromusculares

Recibir un diagnóstico sobre un tipo de enfermedad neuromuscular no significa que la persona que la sufra sea completamente dependiente. Esto va a depender del grado de afectación de la enfermedad y del estadio en el que se encuentre. Por ejemplo, en sus inicios la persona, a pesar de la pérdida de fuerza, puede continuar siendo independiente. Sin embargo, debido a que este tipo de enfermedades progresivamente van a peor, suelen terminar generando con el paso de los años una dependencia que puede llegar a ser total.

En la actualidad, es cierto que se cuentan con técnicas y métodos para retrasar la progresión rápida de este tipo de enfermedades. Así se les facilitan a los pacientes herramientas y recursos para que puedan valerse por sí mismos.  Esto genera un impacto positivo en su autoestima y ayuda a que, en el futuro, puedan cultivar una dependencia sana en el momento en la que esta se produzca.

La mayoría de las terapias a las que se someten los pacientes con enfermedades neuromusculares se centran en fortalecer la masa muscular, una de las principales consecuencias de esta afectación. Asimismo, se combina este trabajo muscular con el uso de dispositivos ortopédicos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

No todas las enfermedades son iguales

Es importante ser conscientes de que no todas las enfermedades neuromusculares son iguales. Existen algunas que tienen un progreso muy lento y que permiten retrasar lo máximo posible su evolución gracias a las técnicas anteriormente indicadas. Sin embargo, muchas otras progresan de una manera mucho más rápida.

Una de estas enfermedades neuromusculares es la miopatía congénita nemalínica. Suele afectar a los músculos del rostro, el cuello, los brazos y las piernas. En algunos casos, pueden aparecer problemas respiratorios y dificultades que impiden que el paciente se alimente por sí mismo. Sin embargo, no siempre aparecen por lo que se considera que esta enfermedad tiene un grado de invalidez que suele calificarse como moderada.

No obstante, sí existen otro tipo de enfermedades neuromusculares cuya afectación hace que el paciente dependa completamente de los demás. Un ejemplo es la esclerosis lateral amiotrófica en la que es necesario utilizar un respirador ya que este tipo de enfermedad causa insuficiencia respiratoria. Asimismo, también se suelen presentar dificultades para hablar, escribir y caminar.

Como hemos podido ver no todas las personas con enfermedades neuromusculares son dependientes, aunque con el tiempo el grado de independencia que tienen puede verse reducido por problemas que presenta la degeneración de la propia enfermedad. No obstante, gracias a las terapias y recursos con los que se cuenta hoy en día es posible retrasar el progreso de la enfermedad permitiéndoles a los pacientes ser independientes por más tiempo.