Con la colaboración de Francisco Javier Otero Espinar, catedrático del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago
Hay pastillas que son de tamaño XXL y muchos pacientes, aun no teniendo problemas de disfagia, las parten por la mitad, ¿hacen lo correcto?
Este no es un procedimiento adecuado. En el caso de las cápsulas de gelatina dura sí que se pueden abrir para administrar el contenido diluido en agua. En este caso hay que tener mucho cuidado si se emplea alguna bebida para mejorar el sabor, sobre todo si se trata de zumos o productos lácteos. Los zumos contienen componentes que pueden modificar la cantidad de principio que se absorbe y, por lo tanto, producir una dosificación deficiente o en exceso dependiendo del tipo de interacción. Sobre todo, ocurre en los zumos amargos como el de pomelo, naranja amarga, toronja o zumo de limón, también puede ocurrir con zumos como el de uva para algún principio activo. En cuanto a los lácteos la presencia de calcio y otros iones puede también modificar de forma importante la absorción de algunos fármacos como es el caso de antibióticos como las tetraciclinas o fluoroquinolonas como ciprofloxacino.
En cuanto a la posibilidad de romper o triturar los comprimidos, es una costumbre totalmente inadecuada y muy peligrosa, sobre todo si no se conoce el tipo y estructura del comprimido en cuestión.
Algunos comprimidos están recubiertos por películas que pueden tener diferentes funciones como son el evitar sabores desagradables, evitar su adherencia en el esófago y facilitar la deglución, proteger el principio activo de la degradación en el medio gástrico, liberar lentamente el fármaco o evitar irritación o daño en la mucosa gástrica o intestinal por un contacto directo del principio activo. En estos casos no se deben cortar ni triturar, ya que destruiremos el efecto protector de la cubierta. En caso de comprimidos de liberación controlada podríamos causar una liberación prematura de todo el principio activo causando una sobredosificación (con la aparición de efectos adversos que pueden llegar a ser graves o muy graves, dependiendo del fármaco que se trate). En otros casos podría favorecer la degradación de principio activo por efecto del contenido gástrico o la aparición de efectos secundarios como gastritis o úlcera gástrica debido a la acumulación del principio activo en la superficie de la mucosa.
Por lo tanto, nunca debe fraccionarse un comprimido sin consultar previamente con un farmacéutico.
